#fotoensayo18: línea ocupada
El teléfono suena... pero no hay nadie dispuesto a cogerlo.
Es tan triste como beber una copa sin hielo.
Sin uno de esos hielos que se pierden en la hidratación constante del mundo.
Es como sentir, que las palabras se arrastran, amparadas en el calor de un viejo armatoste metálico.
Es como el vaivén de un grupo de bananas perdidas y sedientas en una inmensidad geométrica de repeticiones rítmicas.
Como si la tierra ardiera y pretendiera apagar una sed vacía.
Como encontrar un mensaje perdido en el bosque que tampoco recibe respuestas.
Como intentar beber de una espiral de fango solidificado.
Pero solamente necesitas asirte al calor de lo recién hecho.
Si eres capaz de encontrar una taza, en tu memoria vacía, sobre la que verterlo.
Y no acabas enredado en tus propias ansias de respuesta.
O acabas por salir huyendo y tratando de escapar de tus miserias.
© Ricard Ramon. RSS