❗️ Llamada de trabajos para la revista de investigación EFÍMERE

La revista EFÍMERE ha lanzado su llamada de trabajos para el Volumen 2, que se publicará a lo largo de 2025 en modo de publicación continua. Es decir, los trabajos se publican en función de cómo van llegando y son revisados y aprobados. Comparto aquí la convocatoria completa.

Fotografía en blanco y negro con una masa de agua oscura

DANA vs. NADA. De verdades y mentiras. La verdad de la ficción visual frente a la mentira del registro

En el próximo monográfico de la revista EFíMERE, proponemos a personas investigadoras que escriban y reflexionen sobre las relaciones que, desde el arte, las prácticas artísticas y visuales y la educación artística existe entre aquello que llamamos ficción, o poéticas de ficción, frente a lo que pretende presentarse como registro de verdad y esconde en realidad mil mentiras.

Nuestra revista está ubicada en Valencia, que en octubre de 2024 ha sufrido una devastadora catástrofe de inundaciones, provocada por la crisis climática imparable, de la que la ciencia lleva años advirtiendo. La DANA ha dejado cientos de muertos y una responsabilidad política clara del gobierno de la Generalitat Valenciana, por la falta de actuaciones en la prevención adecuada del riesgo inminente. Pero también existe una responsabilidad política general mundial, en la inacción para mitigar los efectos del cambio climático. Y una responsabilidad de los negacionistas de la verdad que prefieren creer, en la imagen ficticia de un mundo que no existe, para evitar ver alterada su falsa seguridad y agarrarse a una imagen registral, no de un mundo ficticio, sino falso, mentiroso, que ya se ha desvanecido. Una imagen que pretende seguir construyéndose con el apoyo del supuesto valor certificador de la imagen, para crear una mentira aceptable que encubra la verdad.

Esta tragedia ha supuesto la emergencia, entre los restos del barro, de las ratas de la mentira, en un mundo, donde el valor de esas falsedades se construye y afianza por la necesidad de muchas personas al no poder afrontar la verdad. Así, una plaga de “creadores de contenido”, básicamente, creadores de imágenes necrológicas enmascaradas en una verdad inexistente, es decir, en una falacia. Pero también medios tradicionales, se han abocado a tratar de fortalecer la quimera de que la crisis climática no existe, con argumentos descabellados, pero construidos con apoyo de los medios registrales a los que se atribuye el papel de certificación, que asociamos a la verdad.

Por contra, no solo los miles de estudios científicos, sino especialmente el arte, la fotografía artística, el cine, las series de ficción y numerosos proyectos artísticos desde instalaciones o exposiciones a performances, nos están mostrando la verdad, desde una narrativa de ficción, que es necesariamente educativa.

Por ello, y por la urgencia derivada de esta situación, que ahora nos ha tocado vivir a nosotros en primera persona, pero que mañana afectará, sin duda alguna, a otros pueblos, ciudades y personas; nos vemos en la obligación de proponer el desarrollo de investigaciones que, desde nuestro campo de conocimiento, el arte, trate de responder a una de las problemáticas más perniciosas para nuestro futuro y nuestra vida. El uso y la creación de una imagen de verdad construida sobre un muro de mentiras, aprovechando la falsa idea de que la imagen es un registro notarial del mundo, desvirtuando su verdadero valor y concepto. Así como afianzar el valor de las artes en la construcción de la verdad desde la ficción.

Una problemática vinculada al Antropoceno, cuyos efectos multiplicadores parten de lo humano y sus acciones, pero van más allá de las afecciones al ser humano, incluyendo el daño a otras especies vegetales y animales, a los objetos y lo matérico. Una situación que nos parece irreversible y que produce hastío, rendimiento, dejadez, indefensión y sumisión, incluso antes siquiera de haber intentado iniciar la lucha. Un sometimiento generalizado en sociedades mal educadas para sobrevivir sometidas al poder ajeno, que se enriquece a costa de un extractivismo voraz, a su vez alimentado por un consumo desmedido de esas mismas masas autómatas cuyas conciencias han sido retorcidas y enajenadas para tal fin lucrativo.

Una ceguera colmada de imaginarios raudos, voraces, inmediatos, producidos y reproducidos en bucle, cocinados y fagocitados para ser vomitados o regurgitados en un hambre insaciable de más visualidades que aletarga las mentes y cuidados mientras la vida pasa a un lado. Un tiempo de supuesta abundancia y a su vez máxima deuda, que permite una apariencia de riqueza sostenida como escaparate y que esconde una pobreza máxima, especialmente en valores.

Una era tecnologizada, dominada por la aparición de la Inteligencia Artificial que bien podría ser reemplazada a tiempo por una era ecoética en la que las prácticas artísticas y educativas inspiraran a la sociedad a valorar y proteger los ecosistemas como parte de su identidad cultural, conectando humanidad con naturaleza y tecnología. El arte y la educación tienen la capacidad de promover la sostenibilidad, el respeto y la observación atenta del entorno, pueden transformar profundamente las mentalidades, pero especialmente tienen la capacidad de alterar las prácticas en favor de un equilibrio ambiental y social. Un eco que debe reverberar en referencia no solo a la ecología, sino a la economía y ética integrada en relación con los ecosistemas que habitamos.

La DANA, esa Depresión Aislada en Niveles Altos, llega a Valencia como un torrente indomable, un pulso de cielo y agua que barre el terreno, rompe barreras, arranca las raíces y, finalmente, transforma el paisaje. Esa fuerza imparable es la necesaria para una educación artística transformadora que se disuelva en cauces improvisados, que haga ceder las murallas de lo cotidiano, que vuelva vulnerables a las mentiras ante la fuerza impredecible de su tormenta crítica. Que la corriente de consciencia se despliegue en la sociedad con la fuerza de una tormenta erosionadora y modeladora. Que esta otra DANA, la educativa y artística, disuelva las capas superficiales de mentiras y deje ver las capas ocultas, revelando estructuras invisibles, enfrentando los medios de comunicación que usan las estrategias visuales y audiovisuales, nuestras propias armas artísticas, esas de las que se ha desprovisto a la sociedad mediante un analfabetismo audiovisual premeditado.

Buscamos investigaciones que se centren en al análisis del papel de las ficciones visuales como fuente de verdad, frente a las mentiras visuales como fuente de supuesta verdad, que genera un uso de las imágenes, retorcido y pernicioso; sobre el que el papel de la educación artística debe construir un muro de contención y defensa, mediante el análisis serio y riguroso, pero especialmente mediante el diseño de acciones que permitan la construcción y el uso consciente de las imágenes, desde lo que habitualmente se asocia a lo que llamamos ficción. Aprender a usar y a crear las imágenes y el valor de verdad que estas prácticas artísticas tienen en esencia, es un reto pedagógico fundamental y urgente. Permite, no solo, prevenir el falso discurso de la mentira de las imágenes necrológicas registrales, sino capacitar a las personas a profundizar en su pensamiento y en la búsqueda de la verdad a través del pensamiento visual poético. Esto permite ser capaces de comprender que a la verdad no se llega a través de una supuesta mirada registral, como queda demostrado una y mil veces gracias al arte, sino en la profundización de un pensamiento complejo como el que se articula a través de las artes.

Se proponen, entre otros posibles, los siguientes enfoques y temas de investigación:

#investigación #convocatorias

© Ricard Ramon.

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