🔮 Microutopía. Un espacio industrial para educar

Este proyecto, que es simplemente una utopía, aunque neguemos la evidencia y lo publiquemos aquí como forma de resistencia a su muerte y olvido, surge en el seno de las aulas de escultura de la Facultad de Bellas Artes de Valencia bajo la coordinación de la artista y profesora María Zárraga, y se materializó en un texto manifiesto y en una estupenda maqueta. #experimentos

El proyecto de Micro Utopía, que presentamos y que se materializa en el desarrollo de la maqueta, tiene como punto de partida la voluntad de desplegar narrativas de carácter educativo. Entendiendo el arte como un proceso de interacción múltiple, consideramos la faceta educativa del arte, como fundamental para su comprensión y para su percepción estética, además de como medio para la educación integral del ser humano. Respondiendo pues a la demanda de una utopía necesaria y basándonos en la creencia de que sólo la razón humanista, el pensamiento crítico es capaz de educar, y considerando al arte y a la cultura visual en general como un eficaz método de desarrollo del espíritu crítico, elaboramos nuestro proyecto.

El proyecto materializa, o convierte en acción plausible, considerada utópica por la falta de real voluntad social y política y no por su imposibilidad material, la educación del arte y la educación a través del arte. No se trata de aprender arte, sino de desarrollar el espíritu crítico a través de la creación, participación y fruición estética del arte. Para ello, elegimos un espacio real, físico, en el que albergar el seno del proyecto. El espacio elegido fue una antigua industria de fabricación de trenes, Macosa, actualmente en estado de abandono, pero que reúne todos los requisitos necesarios para abordar el proyecto.

Dimensiones y espacialidad más que adecuadas, integración en el entorno urbano por su situación relativamente céntrica, un pasado histórico industrial que lo relaciona con el espíritu del proyecto y unas infraestructuras todavía perfectamente utilizables, a pesar de su degradación progresiva. Este antiguo espacio de creación industrial, pasaría ahora a convertirse en un espacio de creación crítica, experimental y experiencial a través de la puesta en marcha de un centro de desarrollo y educación artística, concebido para elaborar proyectos de creación artística cuyo objetivo sería doble, la creación y la educación. Conscientes de que la mejor manera de aprender arte y aprender a través del arte a desarrollar nuestra capacidad crítica, es la propia experiencia en la práctica artística, proponemos que se elaboren proyectos de creación artística colaborativos y con una finalidad social y crítica alejada del mercado del arte y donde artistas y colectivos sociales trabajen conjuntamente en la elaboración y aprendizaje mutuo de las obras, con la utópica finalidad de un arte que cuestione y se cuestione las esencias del ser humano.

Para ello, ofrecemos, visualizado a través de la maqueta, la infraestructura necesaria para dicha finalidad, el espacio físico, y los medios para la creación, pero sin rigideces ni prejuicios académicos. Por ello, el espacio se presenta como versátil y abierto, para poder adaptarse a proyectos de creación de distintas características, evitando que el espacio o el soporte condicione en exceso la libertad creativa. Se evitan, por tanto, las compartimentaciones, excepto una, que se cree absolutamente necesaria y que separa la sala de actos, conferencias y proyecciones del espacio dedicado a taller.

Además, aprovechando ese muro, se crea toda una batería de ordenadores dedicados a la creación y experimentación digital y visual, considerando que cualquier medio, desde el videoarte, la fotografía, la pintura digital y tradicional, la escultura, las artes performativas, las instalaciones etc. es válido a la hora del desarrollo crítico estético reflejado en las artes plásticas y visuales. Pretendemos, por tanto, ofrecer un atisbo de esperanza, una alternativa a los, a veces, perdidos caminos del arte, que basculan entre la leyenda del artista genio, individualista y alejado del mundo, al de la mera decoración, pasando por todo un abanico dominado por el mercado, la política o el mercado de la política, que imponen a veces su dictadura del arte ahogando la necesaria presencia de aire fresco y renovador en la creación.

El camino de la educación artística, entendida en términos amplios de cultura visual, con una base popular, pero con una raíz culta y crítica, supone un camino válido para el desarrollo de la faceta creativa de muchos artistas.

Susana Pérez y Ricard Ramón. 2008

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